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miércoles, 14 de septiembre de 2016

El perro y el Tesoro

Había una vez un perro llamado Pancho. Gerardo se fue de vacaciones a una casa del prado a las afueras del valle de Sacsayhuaman en la montaña de Machupichu. En la noche pancho salio a comer y escarbar como siempre solía hacer. Era luna llena, las estrellas se veían mucho mas grandes de lo habitual. Pancho no dejaba de jugar con una piedra que había desenterrado mientras escarbaba la tierra en la orilla de un muro; de pronto todo se puso oscuro, estaba pasando un eclipse lunar. Pancho seguía jugando porque su piedra echaba destellos de luz; cansado de jugar el perro se fue a su cabaña acostándose en el pellejo del cordero. Cuando Gerardo paso por la puerta alumbro a su perro, pero se llevo una sorpresa; al alumbrarlo con la linterna recibió la reflexión de una luz intensa dejándole  con la visión oscura por un instante, recobrando la vista cogió la piedra y la guardo en su cofre. A la mañana siguiente Pancho busco como loco la piedra.
Cuando lo encontró se marcho. En la montaña le apareció una gran sombra que se transformaba en figuras extrañas y el perro intento huir pero no podía. Una voz con ecos agudos le dijo: que devolviera la piedra en el lugar donde lo había encontrado. El perro se puso bravo y ladro sin parar, en la cual decia que no pensaba devolver la piedra.
- ¡ Escuchame !... Esa piedra es sagrada. Es como el Santo Grial. Hace millones de años mucha gente a muerto tratando de encontrarla. Esta noche cuando el inti raymi marque a las doce de la noche lo volverás a enterrar en el lugar que lo encontraste;
- !si no lo haces... tu dueño quedara petrificado en estas ruinas!
Pancho acobardado le rechinaba los dientes con los ojos saltones, miraba de un lado a otro; luchando con su miedo, salio corriendo como un rayo; se dispuso a enterrarlo; pero no era el lugar.
Esa noche justo el sol y la luna estaban encontrándose con un eclipse lunar. Mientras pancho corría deprisa todo se oscureció. Pero fue un instante justo para devolver la promesa que hizo a la sombra.
Desde aquella noche Pancho se quedo sin pelo. Hoy en dia conocido como el perro sin pelo en el Cuzco.
Los incas lo llamaban Allqu, también llamado Kaclla.


Datos personales

Me pasan cosas en mi pensamiento. Me entran ganas de escribir, asi de simple, no hay quien me este empujando a que lo haga. Solo se que debo hacerlo. Solo escribo y sigo escribiendo; solo aparecen las letras, es como si estuviera en un sueño placentero y relajante y que nada me debe despertar para que el sueño sea placido. Hay veces que faltan hojas o se acaban las tintas pero lo que quiero decir sigue adentro hasta que lo hago. Te sientes bien si dices lo que piensas y el papel te lo acepta y tu tinta sigue corriendo tras las palabras tan dulces , a veces tristes, grotescas, entre tantas cosas que decir... Veo en mi imaginacion reir a carcajadas a mi hermoso cuaderno.