viernes, 20 de diciembre de 2013

La princesa de cabellos rizados

La princesa de cabellos rizados. La engreída heredera hija de los reyes, Helena y Rafael Reig. Un día estaba paseando por los jardines de palacio, había llegado la primavera y con ello el despertar alegre del sol, y el bullicioso cantico de los pajarillos. Los rosales coronaban el extenso palacio. Estefanía corría y saltaba rebosante de alegría por los alrededores del patio.
Se acerco a coger unos rosales como de costumbre, pero algo la sorprendió. Entre los rosales crecía una misteriosa flor. Brillaba como los rayos del sol. La niña con la ilusión de cogerla se acerco. Cuando toco la flor expulso un aroma agradable, que la hizo sentir una alegría y se hecho a reír a carcajadas.
De pronto se oyó una voz
- Estefanía, ¿Dónde estas?, se hace tarde, debes asistir a la clase de valet.
La niña contesto:
- Ya voy... Grito de lejos.
Cuando volvió a casa era tarde, el sol se había ocultado.
Al día siguiente, se levanto mas temprano que de costumbre; cogió una tijera de la cocina, y salió sin dar sospecha.
Fue directamente a la flor y la corto.
Pensó, sorprender a mama en el desayuno. Se sentía feliz como nunca. Tan solo cogerlo, vio una luz destellante que la dejo sin ver y cayo desmayada. Cuando pudo abrir los ojos, no estaba en palacio, se encontraba en un lugar desconocido, rodeado de flores multicolores que aromatizaban todo el aire al parecer. Corrió sin parar, y empezó a sentir como si flotara en una alfombra de pétalos. Se sumergió en un profundo sueño. Cuando se despertó, se dio cuenta de que dormía encima del agua, era el mar. Al divisar miraba todo azul infinito. Sintió un miedo escalofriante, estuvo caminando hasta no poder, buscando la salida. Se le venían las olas gigantes encima.
- ¡ Auxilio...! las olas...  ¡ Auxilio...! . Balbuceaba.
Las olas pasaron por encima sin mojarla. Era como si Estefanía era invisible, o algo sobre natural había ocurrido.
Quiero despertar, repetía una y otra vez. Pero no podía salir de la pesadilla. Cuando creyó que ya había despertado, se dio con la sorpresa, que estaba encerrado en una bola de cristal. Empezó a gritar:
- ¡ahhhhhhh....sáquenme de aquí !... Mati, estoy aquí..¡ Ayúdame...!
Estaba flotando en el océano, entre las olas gigantes, rodeado de peces coloridos, y delfines. Era como si volara entre salto y salto. De pronto oyó un ruido estridente que la dejo ensordecida; se encontraba acostada en la arena. Cuando volteo la mirada, vio que un delfín revoloteaba cerca de ella. La niña pregunto como se llamaba, el delfín le contesto:
- Soy Dufy, vivo en esta isla, te vi en apuros, y te ayude a llegar aquí. ¿Y tu quien eres? . Pregunto el delfín.
- Me llamo Tefy, no se que pasa... recuerdo que cogí una hermosa flor, y desaparecí de palacio.  Dufy sorprendido dijo:
- No te preocupes, te llevare a palacio. La niña sintió un aire fresco que le relajaba, empezó a sentirse bien. Estaba volando montada en el delfín. Su retorno a casa la entusiasmaba tanto que iba cantando. Todo este tiempo, la princesita, se encontraba dormida en el jardín de los Rosales; después de haber cortado la flor alucinógena, hasta que la encontró Matilde, la institutriz. No se imaginaba , lo que le había pasado.
En palacio estaban preocupados por la salud de la princesa. Nadie podía sospechar de la dichosa flor.

viernes, 13 de diciembre de 2013

La luna enamorada

Cuenta la historia en un país lejano, había un palacio donde vivía un príncipe casadero que ninguna princesa había podido llevar al matrimonio. El príncipe todas las noches salía a su balcón a tocar su guitarra. Entonaba dulces melodías, miraba a la luna y se inspiraba.
La luna se sentía alagada y en las noches brillaba mas para animar al príncipe.
Los reyes estaban hartos de repetir que tenia que contraer matrimonio con una de las princesas de la monarquía. Siempre posponía los compromisos. Cualquier excusa era importante para evadir su noviazgo.
La luna enamorada del príncipe;: dejo de ser luna una noche para convertirse en una hermosa princesa. Convoco una reunión de planetas para renunciar a su función.
Peso mas su amor aunque tenia que dejar el universo a oscuras.
Se vistió de princesa y bajo a la Tierra, para presentarse ante el príncipe. Fue una noche oscura. Nadie había tomado el cargo, aquel día el príncipe no salió al balcón; todo estaba negro.
La luna vestida de princesa se presento en palacio preguntando por su amada. Al verla en el salón los reyes se acercaron a saludarla. Se sorprendieron de la visita y les gano la curiosidad, preguntándole a que familia real pertenecía. Ella contesto:
- Astros, señor. Y yo soy la princesa Luna.
- Oh; es un placer conocerla. Bienvenida a palacio real.
En ese momento apareció el príncipe y dijo:
- Hola, bella dama. Bienvenido a la corte.
Se quedo mirándola fijamente, quedando prendado de la belleza de Luna. Mientras sostenía firmemente sus delicadas manos.
Hablaron como si se conocieran de mucho tiempo. La cena fue amena.
La invito a caminar por los jardines de palacio apoyada en los brazos fuertes del príncipe y escuchando sus melodiosas conversaciones.
Cuando se sentaron en el banco de roble viejo. Luna cogió delicadamente la mano del príncipe declarándole su amor infinito. Y que había renunciado al universo por amor.
El príncipe quedo perplejo, nervioso... poniéndose de mil colores. Y respondió:
- No renuncies al Universo, sin tu luz no durara mucho tiempo. Los satélites se estrellaran, se producirá un caos. El mundo entero te necesita, te lo imploro, no lo hagas. Yo siempre te llevare en mi corazón, eres mi amiga, mi confidente de las noches mas felices de mi vida. Sigamos asi con la ilusión de todos los días. Yo seré tu eterno amigo, y las dulces melodías solo te lo dedicare a ti.
La luna al no poder realizar su sueño de amor hacia el príncipe, lloro desconsoladamente, apoyándose en los hombros de su amor imposible.
Desde aquel día ha pasado mucho tiempo, el príncipe no se ha casado. Murieron los padres. Y el fue el sucesor del trono por ley.
La luna enamorada en las noches, luce su corona de brillantes. El rey en las noches sale a su balcón a entonar sus dulces melodías, para su amada la luna. Años mas tarde, murió el rey. El palacio de Winsley, quedo sin Rey.
En aquel entonces se había propagado una peste. Por las constantes guerras entre países vecinos en aquella época.  Los habitantes del pueblo de Hanout, se exterminaron. Solo quedo el amor eterno de la Luna enamorada hacia su rey.

miércoles, 11 de diciembre de 2013

Gusanito GOGO

Gogo vivía dentro de una manzana. Cuando estaban maduras pasaba a otra fresca y así. Hasta encontrar la última manzana del árbol.
Gusanito disfrutaba mucho del calorcito de las manzanas. Cuando la última fruta estuvo a punto de caer, Gogo, ponía resistencia para marcharse. Se sintió desprotegido, se puso muy triste.

Llego una borrasca y con ello un frio helado, el manzano no resistió a la fuerza de la naturaleza.
Ya no quedaba ni una hoja del árbol.
El gusanito tuvo que ocultarse debajo de la tierra; hasta que terminara el ciclo invernal. Con la llegada de la primavera otra vez las plantas estaban con flores y frutos. Los rayitos de sol alegraban el día. Gogo también salió de su escondite para treparse al árbol del manzano. Estaba feliz y se puso a esperar hasta que las manzanas estuvieran coloradas para meterse dentro de ellas.

Cuando finalizo la primavera, volvió a ocultarse como de costumbre. Pasando una larga temporada para luego volver.

Datos personales

Me pasan cosas en mi pensamiento. Me entran ganas de escribir, asi de simple, no hay quien me este empujando a que lo haga. Solo se que debo hacerlo. Solo escribo y sigo escribiendo; solo aparecen las letras, es como si estuviera en un sueño placentero y relajante y que nada me debe despertar para que el sueño sea placido. Hay veces que faltan hojas o se acaban las tintas pero lo que quiero decir sigue adentro hasta que lo hago. Te sientes bien si dices lo que piensas y el papel te lo acepta y tu tinta sigue corriendo tras las palabras tan dulces , a veces tristes, grotescas, entre tantas cosas que decir... Veo en mi imaginacion reir a carcajadas a mi hermoso cuaderno.