Estaba una pluma luchando con el aire; se sostenía en el suelo con una hoja que estaba en el césped. Cuando pasaba el aire suspiraba. En los momentos de aire, suspiraba mirando por todos los lados.
La fragilidad de los hilos finos se encrespaba con facilidad; la corriente que producía el aire le sacudía sin piedad. Una rama seca la entrelazo entre sus ramas; la pluma salto con tanta presión del aire y la brisa de la pileta la bañaba con fuerza detrás del árbol. Cayo la frágil pluma cerca del tronco; se resistía a volar y siguió luchando adherida ahora en la raíz del arbusto moribundo.
Un gorrión se posó en el árbol a cantar, quien diría que el canto melodioso y la brisa del estanque hacia el aire agradable a pesar de la resistencia de la pluma. Después de todo era un día mas; la fuerza de voluntad y el deseo de querer algo que nuestro corazón desea y nuestro pensamiento nos apoya para realizar lo que deseamos cada momento de nuestros días. La ultima palabra la tiene cada uno de nosotros; como cada día de los días de cada instante.
Mientras tanto la valiente pluma sobrevivió a la furia del tiempo; quedando atrapado en el tronco después de un tiempo estaba adherida en el nido del feliz gorrión que aquella primavera saco bellos polluelos. Después de todo la fuerza de voluntad, la hizo vivir junto a esta bella familia.
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