miércoles, 7 de marzo de 2018

Cuentos infantiles - El jerbo y el huerto

- Me voy al huerto, aquí me lo pasare bien. Dice Dario.
-  Aquí están creciendo las patatas. ¿ Patatas?- ¿donde?; solo veo hierbas que arrastran. Responde el jerbo Lucho.
- Ya, pero la patata esta debajo de la tierra. Le explica Dario.
Se emociona mucho; se pone a jalar las malas hierbas de la huerta; mientras observa los caracoles que comen lentamente las coles del huerto.
- Me falta muy poco, he recogido casi todas las verduras. Comenta Dario.
Mientras Lucho el jerbo, recoge enseguida una mazorca de maíz para la abuela Pocha.
- ¡ Nooo...! . Le grita Dario. - todavía no tiene granos de maíz, que pena.
Lucho se pone colorado y no le queda mas que sonreír. Pobre Lucho, fue una experiencia después de todo.

Quintin tin

El perro Quintin tin esta triste en medio del campo ha perdido a los rebaños. pero es muy listo sabe cantar y tocar flauta. Pero eso no le consuela, teme que su amo le regañe peor aun que le eche de casa.
se arma de mucha fuerza y ladra sin parar para afinar su voz. Triste y emocionado, tararea una bonita canción. Ya es muy tarde, esta cansado, pero la esperanza no la pierde , sigue tocando la flauta. De pronto se oyen pasos, son los rebaños, han vuelto.
Por fin Quintin tin esta feliz; aunque llega tarde a casa se siente feliz porque sabe como ganarse el cariño de su amo.

El toro en el rabo de mis ojos

Erase una vez un toro que giraba en el radio de mi ojo como un circuito eléctrico distorsionando mi pupila. Hasta que dije; tres veces, ¡ toro vete !, ¡ toro vete ! Eres una ilusión falsa.
Aléjate y el toro no se iba hasta que un gran día saque al torero que llevo dentro. Saque la espada y acorrale al bravo animal, apuntándolo con la espada le arroje pétalos de rosa... el enfurecido toro cayo de rodillas; el aroma le invadía en todo su ser, era la esencia de la vida, el aliento del espíritu.
El toro se acostó plácidamente; dio su ultimo suspiro y murió de amor en el lecho de los pétalos; después de todo creo que con el podemos vencer el obstáculo que la vida nos pone a prueba.

La mujer sin rostro

Había una vez una mujer sin rostro que caminaba por el mundo sin saber quien era. Su vida era muy desordenada, su pensamiento era confuso, no reconocía el "si"; tampoco el "no". No sabia reconocer si hacia el bien o el mal; porque no tenia visión de la vida misma ni ojos que le permitiera verse hacia dentro de ella. Lloraba y lloraba sin parar. Si recibía un regalo se inundaba de lagrimas, cuando le hacia daño sonreía. Hasta que un día pudo verse en su propio espejo interior; es cuando descubrió quien era en realidad. No le hacia falta tener ojos para ver el mundo; solo sentir desde el mas profundo de su ser; estaba convencido que su única felicidad dependía de ella misma. Así esta mujer sin rostro pudo reconocer quien era en realidad. Hoy en día hay mucha gente que vive sin identidad no sabe a que ha venido al mundo; lo único que hacen es vivir sufriendo, criticando lo que los demás hacen. Por eso primero hay que reconocerse uno mismo y vivir en paz; creer en la abundancia que llevamos en nuestro corazón.
Aprovechemos cada minuto de nuestra vida como si fuera el ultimo; aunque el día este nublado el sol nos calienta. Solo recordemos los momentos felices.

miércoles, 28 de junio de 2017

Cuentos de ficcion: El monstruo de los sueños

Cuentos de ficcion: El monstruo de los sueños: Era un pequeño monstruo lanudo como una mopa; de ojos grandes como un plato; oscuro como la noche de piernas cortas pero veloz como un ray...

lunes, 19 de septiembre de 2016

E lobo bueno

Había una vez un lobo malo pero que muy malo que vivía en el bosque aledaño al valle del miedo. Cierto día la oveja Maggi se perdió a unos pocos kilómetros de aquel pausado bosque.
- Se oía meee... me ! que se perdía por la tranquila cavidad del viento. Mientras caminaba balaba para que la oyeran. Se había alejado mucho creyendo que marchaba en dirección correcta. De pronto se nublo; el aire venia con grandes masas de nubes negras. El bosque se quedo nublado y blanco. Al día siguiente el lobo malo salió en busca de su presa. El olfato no lo engañaba fue en dirección correcto.
Viendo a la indefensa oveja se le abrió el apetito voraz; cayéndose el jugo gástrico.
- ¡ No esperare mas ! me comeré a esa ovejita. Pensó.
Y se lamio la garra mugrosa. Corrió desesperado a pesar de la poca distancia que se encontraba. Cuando llego, la observo detenidamente a ver si se asustaba. Nada de nada, estaba tiesa como una roca.
Al ver que no despertaba el lobo pensó que se hacia la muerta. No fue así, estaba equivocado; después de todo el lobo sintió una profunda tristeza y lloro desconsolado . En el fondo de su ser tenia un corazón noble. Cargo en su lomo a la oveja; llevándolo al cementerio de los lobos; un lugar sagrado de los colmillos afilados. Cada vez que moría un lobo se colgaba un colmillo en el mural de la roca enumerado con sangre de dragón, un árbol milenario.
En esta ocasión, fue colgado la muela de la oveja.
Cuando se entero Buja, el patriarca de los lobos se enfado y decidió desterrarlo de la manada.
Cuando se encontraron en el camino todos los lobos le gritaron así:
- No perteneces mas a la manada de los malotes del bosque ! Eres una gallina, vete de aquí antes de que cambiemos de opinión.
Buja, con los ojos del fuego  rojo como la brasa de un carbón devoro con su mirada diciendo así:
- ¡ No querrás eso, verdad ! El lobo acobardado e indeciso, lloro como lluvia en invierno en todo el camino. Mientras se marchaba lejos de su manada. Después fue a pedir refugio a la casa de Maluna, la jefa de los rebaños del valle de los buenos. Con el rabo entre las piernas arrastrándose suplico, que le adoptara como una oveja mas.
Maluna le puso unas condiciónes para proteger a su rebaño, y tener la certeza del arrepentimiento del lobo malote.
Entonces dijo que se tenia que quitar los colmillos y dejar de aullar en las noches de luna llena. También cortarse las garras y cuidar de los rebaños.
Convencido y arrepentido se convirtió en una oveja mas del rebaño.
Desde aquel día el lobo vive feliz en el valle de los buenos, comiendo ricas hierbas.

miércoles, 14 de septiembre de 2016

El monstruo de los sueños

Era un pequeño monstruo lanudo como una mopa; de ojos grandes como un plato; oscuro como la noche de piernas cortas pero veloz como un rayo. Llevaba una mochila mágica donde guardaba los sueños de los niños; pero nadie podía atraparle. Cuando llegaba la noche el monstruo de los sueños salia de su escondite secreto para recoger los sueños.
Un hogar con una familia feliz; no conocía al monstruo de los sueños.
Aquellas familias con problemas de cualquier índole era victima del monstruo de los sueños; especialmente los niños. Marita era una niña buena alegre y muy estudiosa. Después de un tiempo sus padres se divorciaron. Desde aquel preciso momento Marita tenia mucho miedo y pesadilla en la noche. Su madre estaba muy angustiada no sabia como ayudarla; su amiga Misterio le sugirió que lo llevara al medico. Así fue. Le recetaron un jarabe para dormir y pudo conciliar el sueño. Pero no le quitaba las pesadillas. En la segunda consulta le mando con un especialista. Estuvo asistiendo a muchas sesiones de terapia, la cual no dio resultado alguno. En la feria de su pueblo la madre compro un atrapa-sueños, según la feriante aquella noche dormiría sin pesadillas. Las pesadillas continuaron igual. Noche tras noche, sin dormir Josefina, sufría de insomnio. El día o la noche, no sabia en cual estaba. Pasado un tiempo su esposo volvió a la casa para recuperar a la familia. No era igual que antes; pero el amor hizo resurgir a su hogar de sus cenizas; como el ave fénix. Poco a poco desapareció la pesadilla de Marita. Una noche desapareció para siempre el monstruo de los sueños; marchándose para siempre con la oscuridad. Hoy están celebrando el cumpleaños, se oyen voces y risas en la casa feliz.

Datos personales

Me pasan cosas en mi pensamiento. Me entran ganas de escribir, asi de simple, no hay quien me este empujando a que lo haga. Solo se que debo hacerlo. Solo escribo y sigo escribiendo; solo aparecen las letras, es como si estuviera en un sueño placentero y relajante y que nada me debe despertar para que el sueño sea placido. Hay veces que faltan hojas o se acaban las tintas pero lo que quiero decir sigue adentro hasta que lo hago. Te sientes bien si dices lo que piensas y el papel te lo acepta y tu tinta sigue corriendo tras las palabras tan dulces , a veces tristes, grotescas, entre tantas cosas que decir... Veo en mi imaginacion reir a carcajadas a mi hermoso cuaderno.