Había una vez un hombre que se quejaba de su vida, iba caminando lamentándose de sentirse infeliz. Por no poder tener lo que los demás tienen. Su suerte era desgraciada, nada de lo que hacia le salía bien. Iba de fracaso en fracaso, lo había perdido todo. En el camino cogió una planta, iba tirándola de hoja en hoja, cada desdicha una hoja. Decía ni esta hoja me sirve. De pronto vio que otro venia detrás, recogiendo las hojas que el iba tirando; se puso a esperar para preguntarle porque recogía las hojas que el desechaba. El sabio le contesto, ¿ tu crees que estas hojas no sirven para ti ?
Pero a mi me sirven, para dárselo a otras personas que no tienen nada. Ya ves, hay cosas que tu no valoras. Aprende a valorar las pequeñas cosas que te da la vida quejándote, que no posees nada. Tu por lo menos tienes esa planta, hay personas en el mundo que no tienen ni esa hoja, que tu tiras pensando que no valen. Ponte a pensar en esas personas como se sienten ó se encuentran en la vida. Deja de lamentarte si todavía tienes algo con lo que alimentarte y tienes salud.
Se feliz, haz el bien, solidarízate con tus hermanos, busca la paz interior, aprende a quererte. Veras que tu vida cambiara. Desde aquel día el hombre aprendió la lección. Se empezó amar y amar a los demás.
Infantiles, ciencia-ficcion, fantasticos, terror, policiacos, romanticos, humor, otros...
sábado, 18 de enero de 2014
El Tesoro escondido
Don Tomás tenia 5 hijos. Gracias a su trabajo de muchos años, poseía un terreno agrícola. Vivía cómodamente gracias a sus ultimas cosechas que había tenido en sus últimos años. Un día enfermo de una terrible enfermedad. Los médicos le alertaron de un triste final. El padre confeso que había enterrado un tesoro en la tierra.
Les dijo: - cuando yo muera desenterraran el tesoro para repartirse. Así fue. Falleció Don Tomás.
Los hijos cansados de labrar la tierra para obtener pocos beneficios. Se pusieron de acuerdo para excavar en busca del tesoro escondido.
Tanto tiempo así; No encontraron nada. Cansado desistieron de seguir buscando. Luego de tanto pensar llegaron a la conclusión, descifraron el mensaje que su padre le había dicho. Su padre quería que conservara la tierra, y cultivaran en ella para repartirse las ganancias. No que había ningún oro, ni tesoro en la tierra.
Después de un mal entendido, siguieron trabajando unidos, los hermanos con la voluntad de su padre.
"No hay palabra mal dicha, si no mal interpretada"
Les dijo: - cuando yo muera desenterraran el tesoro para repartirse. Así fue. Falleció Don Tomás.
Los hijos cansados de labrar la tierra para obtener pocos beneficios. Se pusieron de acuerdo para excavar en busca del tesoro escondido.
Tanto tiempo así; No encontraron nada. Cansado desistieron de seguir buscando. Luego de tanto pensar llegaron a la conclusión, descifraron el mensaje que su padre le había dicho. Su padre quería que conservara la tierra, y cultivaran en ella para repartirse las ganancias. No que había ningún oro, ni tesoro en la tierra.
Después de un mal entendido, siguieron trabajando unidos, los hermanos con la voluntad de su padre.
"No hay palabra mal dicha, si no mal interpretada"
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- Norma
- Me pasan cosas en mi pensamiento. Me entran ganas de escribir, asi de simple, no hay quien me este empujando a que lo haga. Solo se que debo hacerlo. Solo escribo y sigo escribiendo; solo aparecen las letras, es como si estuviera en un sueño placentero y relajante y que nada me debe despertar para que el sueño sea placido. Hay veces que faltan hojas o se acaban las tintas pero lo que quiero decir sigue adentro hasta que lo hago. Te sientes bien si dices lo que piensas y el papel te lo acepta y tu tinta sigue corriendo tras las palabras tan dulces , a veces tristes, grotescas, entre tantas cosas que decir... Veo en mi imaginacion reir a carcajadas a mi hermoso cuaderno.