lunes, 21 de abril de 2014

Pugy y el saltamonte


Pugy era una mariquita muy trabajadora. Cuando llegaba la cosecha trabajaba día y noche guardando la comida al año siguiente. Arreglaba su cabañita de bambú para pasar el crudo invierno, apenas tenia tiempo para sus amigos.
Mientras que un saltamonte llamado Beto se la pasaba tocando su violin y bailando. Cuando se encontró con la mariquita le criticaba diciendo: - ¿Por qué trabajas tanto? No tienes tiempo para divertirte. Siempre estas ocupado. ya no ríes, ni hablas con los amigos, que aburrida es tu vida; en cambio yo, salgo a tocar mi violin y me lo paso bien con mis amigos.
Pugy no dijo nada y se marcho. La mariquita siguió divirtiéndose feliz, mientras tanto en los bosques los pájaros dormían de un lugar a otro, donde encontraban arboles. Cuando termino la estación soleada, llego la lluvia, con vientos huracanados, los arboles se quedaron sin hojas, los pajarillos piaban de frio, y se mojaban con la lluvia.
Pugy la mariquita pasaba apenado, viendo como pagaban las consecuencias de sus actos por no haber preparado sus nidos a tiempo.
Empezaron las lluvias torrenciales, formándose riachuelos y el frio congelo las aguas. Así pasaron muchos días. La mariquita salió en busca de su amiguito el saltamonte. Era imposible encontrarlo; la niebla no le permitía ver bien. Ya cansado de caminar, estuvo a punto de regresar a su casita; En ese momento dio un traspiés, tropezando. ¡PLASH...! cayendo encima del charco de agua. Vaya, que sorpresa. Ahí estaba su amiguito congelado como una piedra. La mariquita desconsolado fue en busca de ayuda. Todos los animalitos del bosque dieron una cristiana sepultura al feliz cantor del bosque. Todos recuerdan en sus corazones al alegre saltamonte por siempre.

1 comentario:

  1. Me encantó sigue publicando cosas como está gracias ☺️☺️

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Datos personales

Me pasan cosas en mi pensamiento. Me entran ganas de escribir, asi de simple, no hay quien me este empujando a que lo haga. Solo se que debo hacerlo. Solo escribo y sigo escribiendo; solo aparecen las letras, es como si estuviera en un sueño placentero y relajante y que nada me debe despertar para que el sueño sea placido. Hay veces que faltan hojas o se acaban las tintas pero lo que quiero decir sigue adentro hasta que lo hago. Te sientes bien si dices lo que piensas y el papel te lo acepta y tu tinta sigue corriendo tras las palabras tan dulces , a veces tristes, grotescas, entre tantas cosas que decir... Veo en mi imaginacion reir a carcajadas a mi hermoso cuaderno.