Jorge se levantaba temprano para ir a su trabajo. Era un excelente ejecutivo bancario. Su pasatiempo favorito era la fotografía, se levantaba temprano antes de tiempo para admirar el bello amanecer y los primeros rayos del sol; mientras conducía atentamente observaba minuciosamente con ese don que llevaba dentro; la fotografía.
Cierto día cuando bajo de su coche a hacer fotos de un huerto en la estación primaveral. Encontró un bello conejo comiendo una rica zanahoria; camino despacio para tomar en primer plano. Después se retiro feliz. Cuando arranco el coche el motor decía que no tenia gasolina.
El hombre desesperado se puso a hacer autoestop y nadie lo ayudo.
Aquella mañana tenia una firma hipotecaria. En su desesperación cogió un atado de espinaca y lleno el deposito de su coche.
Arranco el coche ; vaya, que sorpresa, el coche acelero. No lo podía creer, estaba emocionado. En la oficina contó a sus amigos lo sucedido, le miraron raro, y se retiraban sin decir palabra. Desde aquel día Jorge siempre lleva atados de espinacas frescas; la cesta de la compra para la mirada y sorpresa de muchos.
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