domingo, 4 de septiembre de 2016

El dia de mañana

La Tierra envejecida en el año 2050. La edad permitida de la población de 30 a 50 años, a partir de ahí, cada individuo tenia que comprar mas años de vida. Según los medios económicos  y social que le permitiera. La gente de clase media no podía adquirir; siendo aniquilados.
Sin embargo los mas pudientes alargaban sus vidas hasta que ellos querían. Llegar a los 30 era un deseo de todos, aunque a esta edad estaban prematuramente envejecidos y enfermizos. Llegar a los 50 años era un sueño anhelado por todos.
El dinero un medio de vida, la raza humana desvalorizada. Todo se media por el valor del dinero; el aire era un negocio rentable. Las plantas se habían extinguidos así como los animales.
Los alimentos proteínicos estaban en pleno apogeo, los supermercados eran fantasmas. La soledad y la incertidumbre era el orden del día; la humanidad estaba llegando a su fin. La Tierra se estaba sobre calentando, quedaba una lagrima para estallar. Los altos mandos del gobierno queriendo enfriar el calentamiento global de la Tierra mandaron fumigar con una sustancia química T411NL togeron. El frío azotaba cada día mas.
La gente se enfermaba de influenza; no estaba permitido mantener con vida a una persona en esas circunstancia; los encarcelaban en cuarentena, si no surgía mejoría lo mandaban aniquilar. Los alimentos se agotaban. Mientras que las familias de poder adquisitivo alto, vivían cómodamente en la luna. La Tierra era inhóspito, a nadie le importaba; era un caos total. Las ciudades enteras en ruinas e insalubre. Sus días estaban contados a miles de distancia, ahí arriba se podía restablecer la salud; la Tierra se nublo día y noche, el polvo se apodero de la ciudad. La gente no salía de sus casas; días, meses, quien sabe cuanto tiempo seguiría así. En su intento de subsistir arriesgaban todo., Para salvar su supervivencia. La Tierra desolada quedo congelada hasta la nueva generación.

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Me pasan cosas en mi pensamiento. Me entran ganas de escribir, asi de simple, no hay quien me este empujando a que lo haga. Solo se que debo hacerlo. Solo escribo y sigo escribiendo; solo aparecen las letras, es como si estuviera en un sueño placentero y relajante y que nada me debe despertar para que el sueño sea placido. Hay veces que faltan hojas o se acaban las tintas pero lo que quiero decir sigue adentro hasta que lo hago. Te sientes bien si dices lo que piensas y el papel te lo acepta y tu tinta sigue corriendo tras las palabras tan dulces , a veces tristes, grotescas, entre tantas cosas que decir... Veo en mi imaginacion reir a carcajadas a mi hermoso cuaderno.